martes, 31 de agosto de 2010

¿Cómo nos fortalecemos en la fe?

Definitivamente no conocemos a una persona creyente que no quiera tener más fe. Y muchas personas creen que esa fe se fortalece o crece, viendo o recibiendo milagros. es muy probable que un milagro en la vida de uno o de un ser cercano nos acreciente la fe, pero la escritura nos da un secretito más práctico.

Pablo nos habla en la epístola a los Romanos (se le llama así pero no era para los romanos sino para los recién convertidos creyentes judíos al cristianismo, que por lógica, recién habían dejado las prácticas judáicas y las sinagogas, para irse a vivir a roma a practicar el evangelio, o, las buenas nuevas como dijo Jesús) de cómo cuando Dios le habló a Abraham, éste no tenía fe, por ello tuvo que platicar personalmente con él, y darle una explicación (utilizando las estrellas de los cielos, y , la arena del mar como ejemplos), de lo que significaban su escogencia, su bendición, y en lo que se convertiría su descendencia (vea Génesis 12). Y continúa diciendonos Pablo en Romanos que Abraham creció en fe: "DANDOLE GLORIA A DIOS" (VEA ROMANOS 4:20).

Tomemos en cuenta la situación de Abraham, es el primer hombre que tiene que vivir por fe, o sea, no hay otro en quién apoyarse; luego le hacen una promesa como para patojo... tener un hijo... a los 75-76 años que tenía en esa oportunidad; luego mira que empiezan a pasar y a pasar los años y nada. ¿Cómo fortalece su fe un hombre en esas condiciones? ¿Cómo fortalecerse con el milagro, si el milagro era lo que estaba esperando? DANDOLE LA GLORIA A DIOS. Ahora bien, darle la gloria a Dios no es como muchos creen andar cantando y cantando y cantando coros. Es darle "alabanzas a Dios, pero con palabras de gratitud, confesando la grandeza de Dios con un estilo de vida diferente al mundo; diciendo y confesando que sólo Dios es quien lo hace y lo hará todo... como lo hacía Abraham. Meditemos.

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