martes, 10 de agosto de 2010

No hay que tirar de los pies del ahorcado.

Esta es una frase que nuestro padre siempre nos recalcó desde que tuvimos uso de razón, nos la decía cada vez que una persona, una asociación, el gobierno, etc. trataban de lastimar más aún al que ya estaba lastimado.

El pensamiento de Dios es igual con respecto del necesitado, Dios desea que le tendamos la mano a quien lo necesita, no que nos aprovechemos de él. El mundo fuera otro, si en lugar de que anduviésemos buscando personas para utilizarlas, nos dedicaramos a utilizar nuestro tiempo y recursos para ayudarlas. El salmo 142 y verso 12 nos recuerda el pensamiento del Rey David a éste respecto: " Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, y el derecho de los necesitados". ¡Qué peligroso es que cuando está en nuestras manos, en lugar de ayudar al afligido, lo aflijamos más!. No es algo que agrade el corazón de Dios. " A Dios presta, quien da al pobre" (Proverbios 19:17). "¿Quién como tú, oh Jehová, que libras al afligido del más fuerte que él; y al pobre y menesteroso del que le despoja" (Salmo 35:10).

¡LIBRENOS DIOS! DE HACER NEGOCIO DEL AGLIGIDO, pues la escritura dice: " ¿Quién conoce tu ira, y tu indignación según que debes de ser temido?" (Salmo 90:11). De lo más terrible que le puede suceder al hombre, es caer en las manos de Dios cuando su ira se enciende. Porque no le veamos físicamente no implica que Dios no exista, pues la historia nos muestra que cuando a EL se clama, destruye pueblos, desaparece enemigos, y libra siempre al afligido de aquél que le aflige. Meditemos.

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