domingo, 8 de agosto de 2010

Los enemigos de Dios.

Cuando uno piensa en los enemigos de Dios, generalmente uno piensa en el diablo y sus ángeles, y se acabó. Pero la escritura nos muestra que Dios tiene enemigos de carne y hueso, pues los que persiguen a su pueblo son también sus enemigos.

Ya hemos dicho en otras ocasiones que el pueblo que Dios eligió, por su soberana voluntad para que fuera SU pueblo es Israel. Dios llamó a Abraham cuando vivía en Ur de los Caldeos en Babilonia (Josue 24:1-4), y luego lo bendijo en la tierra de Canaán ofreciéndosela por heredad eterna (Génesis 12:1-6). Y, como vimos ayer, aunque ciertamente los que habitaban esas tierras eran tribus impías, el dueño de la tierra es Dios (Salmo 24:1-2) por tanto cuando decidió dársela a los Israelitas estaba en todo su derecho. Esos pueblos, todos, eran descendientes de Ismael, el hijo de Abraham NO querido por Dios, por ello le dió a Isaac, el Hijo de la Promesa de quienes descienden los Israelitas. Todos los pueblos que habitaban Canaán eran descendientes de Ismael, entiéndase Amón, Moab, Edom, etc. pueblos contra los cuales las escrituras tienen profecías de destrucción, eso lo puede estudiar en Ezequiel capítulos 25, 26, 27 hasta el 31.

El terrorismo, la violencia organizada, la lucha que vemos hoy en día, tuvo su origen en el conflicto inicial entre Ismael (padre de los pueblos musulmanes) e Isaac el hijo bendecido de Dios para con Abraham (y padre de los pueblos cristianos), porque los primeros se revelaron a la voluntad de Dios de entregar dichas tierras. El final del conflicto de los tiempos está por llegar, y la causa será, una confrontación entre los pueblos que sigan a Isaac (en otras palabras que apoyen a sus descendientes, creyentes), y los pueblos que apoyen a Ismael (los pueblos descendientes de los no bendecidos por Dios), que nuevamente se opondrán a que SOLAMENTE Israel habite en esas tierras. ¿Cuando el Señor venga, de qué lado nos encontrará?. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario