miércoles, 4 de agosto de 2010

Has dejado tu primer amor.

Si pudiéramos decir que Dios tiene una necesidad, es acaso: "Escuchar de sus hijos que lo amamos". Cuando el Apóstol Juan recibió el mensaje a las iglesias en Apocalipsis, vemos que Dios casi sólo ve virtudes en cada uno de los grupos de las iglesias a las que se refiere, pero el primer reclamo que hace es: "Pero tengo contra tí, que has dejado tu primer amor", esto lo hace a la iglesia de Efeso (Apocalipsis 2:4).

Imagínese usted, el ser más grande, el más poderoso, el omnipotente, el omnipresente, el que todo lo puede, es "tierno". Solamente un ser que esté lleno de ternura, requiere para sí, también ternura. ¿A qué se refiere con no olvidar el primer amor? Bueno, lo explicamos de ésta manera. Conocemos parejas que hace 25 o 30 años se conocieron, se gustaron, iniciaron un acercamiento, se conocieron mejor, se daban regalos... que flores, que un café, que él le abría la puerta del auto a ella, que ella le cocinaba algo que a él le gustaba y lo invitaba a su casa, etc. pero lamentablemente con el tiempo, los afanes, y los errores, ese primer amor se acabó. Y poco a poco se fueron dando por sentado elementos que nunca debieron olvidarse, que si vivo contigo es porque te quiero, que si te sirvo tu comida es porque te quiero. etc. Pero al final no resultó suficiente.

Con Dios nos sucede lo mismo, cuando lo conocemos y vemos que por misericordia nos saca de nuestras angustias para llevarnos a una vida mejor, lo adoramos, lo bendecimos, lo buscamos, tenemos un acercamiento con El como nunca antes. Pero luego, el tiempo, los afanes, y los errores (pecados) nos hacen que "demos por sentado" que El sabe que lo amamos y que El nos ama. NO OLVIDEMOS NUESTRO PRIMER AMOR. No dejemos, hipotéticamente, de hablarle, de llevarle flores, de abrirle la puerta, de servirle una comida, de invitarlo... de decirle Señor gracias y te amo. Eso, y nada más que eso, es no olvidar el primer amor con Dios. Meditemos.

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