jueves, 26 de agosto de 2010

Mirad que no seáis engañados.

Cuando los apóstoles se dieron cuenta que Jesús sí era el Hijo de Dios, aquél Rey anunciado que había de reinar en el mundo, creyeron que esa venida de Jesús al mundo era el inicio de ese reinado, y de hecho lo era, solamente que espiritual, mientras que los discípulos lo creyeron materialmente.

En una ocasión estando frente al templo, vieron la oportunidad de preguntarle acerca del fin de la "era" (considerando ellos como "era" una época o dispensación, que para ellos en ese momento significaba el fin del yugo Romano), los discípulos querían saber los detalles de los acontecimientos, pensando, que al Imperio Romano le quedaba poco tiempo. Prueba de ello es que no pudieron soportar el que Jesús fuera tomado preso, eso los desconcertó tanto que lo que hicieron fue irse a esconder (ellos dijeron refugiarse) al Aposento Alto en donde tantas veces habían estado con su Señor. Pero, volviendo al tema, a las inquietudes de sus discípulos, Jesús les responde algo que no solamente era para ellos y para ese evento, sino debiera ser algo para que nosotros lo apliquemos, y en toda ocasión... "Mirad que no seas engañados" (Lucas 21:8).

¿Cuál es la única forma en que no seamos engañados? Pues teniendo conocimiento de algo. Es la falta de conociemiento en alguna material la que permite que los inescrupulosos nos engañen, y, lamentable pero muy lamentablemente, aún dentro de la iglesia hay engañadores, de los cuales SOLO el Señor nos puede librar... difícil de creer, pero mire lo que dicen los Probervios: "Casi en todo mal (o maldad) he estado, en MEDIO de la sociedad, y, de la CONGREGACION (entendiendo por congregación la Iglesia)". Y, ¿cuáles son los motivos de ese engaño? Los motivos ocultos de las personas, que generalmente son DINERO, así que, cuando veáis líderes "pisteros"... Mirad que seáis engañados. Meditemos.

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