martes, 25 de mayo de 2010

¿Quién será el mayor?

Cuando una nación está en época de elecciones usted siempre mira al candidato que sea, rodeado de personas, casi siempre las mismas personas. En su imaginación usted ya sabe que, si ese candidato llega a ganar las elecciones, esas personas que le rodearon durante la campaña serán el próximo vice-presidente, el próximo ministro, el próximo jefe del parlamento o del congreso. Ahora bien, si ése es el pensamiento suyo, imagínese lo que piensan las personas que están al lado del candidato... ¡Lo mismo!

Esto es una idea que ha venido desde tiempos inmemoriales, tan inmemoriales, que hasta los doce apóstoles lo creían. Señor, preguntaron en cierta ocasión: ¿Cuando tú te vayas, quién será el mayor de nosotros? Si usted sólo mira el pasaje de Mateo 18, usted cree que esa pregunta la hicieron en un momento sin importancia. Pero, si mira el mismo pasaje en Lucas 22, usted mirará que la premisa con la que iniciamos el mensaje de hoy, es literalmente cierta. ELLOS YA SE SENTIAN LOS MINISTROS Y LOS GOBERNADORES DE ISRAEL. En Mateo solamente vemos una pregunta en el horizonte; en Lucas, vemos que la hacen inmediatamente después que Jesús les acaba de decir que EL "tiene" que partir. Eso, cambia la intención de la pregunta, pues nos muestra lo que había en el corazón de los hombres más cercanos a Jesús. Simplemente NO HABIAN ENTENDIDO NADA, después de tres años y medio de caminar, comer, y dormir con el Hijo de Dios, simplemente no entendían nada. Y esos doce ignorantes de los verdaderos motivos de la venida del Señor, eran a los cuales les iba a poner sobres sus hombros el destino de la iglesia. ¿Y entonces?.

Hoy, muchos creyentes están siendo guiados a caminar bajo la misma lupa. Estamos viviendo tiempos peligrosos. La única manera que tenemos para no ser engañados como lo estaban los discípulos en ESE momento, es una relación personal, íntima, diaria, y sincera con Jesús. Solamente EL nos va a sacar de esa ignorancia de pensar que el sobresalir al lado del líder, el estar en toda actividad en la congregación, el organizar y prestar servicio en todo acto de la iglesia nos va a dar un lugar de honor con Dios. Jesús dijo en una ocasión: ¡En verdad os digo... que ya tuvieron su recompensa! La pregunta es ¿Nos conformamos con tan pequeña recompensa, o, aspiramos a los galardones que el cielo nos ofrece? Meditemos.

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