sábado, 29 de mayo de 2010

Los 8 "ayes o lamentos" de Mateo 23.

En el capítulo 23 de Mateo podemos leer que Jesús, luego de haber sido confrontado con los saduceos y luego por los fariseos, EL los confronta a ellos. Los confronta con 8 "ayes o lamentos".

Verso 13: Ay de vosotros que "cerráis" el reino de los cielos; verso 14: Ay de vosotros que "devoráis las casas de las viudas: verso 15: Ay de vosotros que hacéis "dos veces hijo del infierno" a un prosélito; verso 16: Ay de vosotros "guías ciegos"; verso 23: Ay de vosotros que dejáis a un lado "la justicia, la misericordia y la fe"; verso 25: Ay de vosotros "que limpías lo de fuera"; verso 27: Ay de vosotros "sepulcros blanqueados"; y por último del verso 29 al 33 les dice: Ay de vosotros "que dais testimonio contra vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas" ¡Serpientes, generación de víboras! No sé si usted alcanza a ver la magnitud de las palabras de Jesús, pues son serios señalamientos si se los dijera a cualquier pecador. Pero alcanzan grado de "magnicidio" cuando usted mira que se las dijo a "los hombres más entendidos en los asuntos religiosos de un pueblo". No se las dijo a néofitos sino se las dijo a los que se supone eran los que ¡debían y tenían que conocer los asuntos de los cielos, para poder guíar a otros! ESO ES LO GRAVE.

La lección que aquí nos estaba dejando Jesús es simple: NO ENTRAN AL CIELO, NI SON DEL CIELO LOS RELIGIOSOS. Entran al cielo los que tienen una RELACION INTIMA, DIARIA, Y PERSONAL CON EL. No se trata de hacer obras para que todo mundo las mire y luego a usted lo admiren, se trata de hacer justicia, de hacer misericordia, y de vivir por la fe en EL. No podemos depender de una organización, no podemos depender de un líder, no podemos depender ni siquiera de las normas que nos imponga una congregación, dependemos de EL únicamene, Meditemos.

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