domingo, 9 de mayo de 2010

Pacientemente.

Lo hemos mencionado en otras ocasiones y lo diremos de nuevo ya que es necesario recordarlo, vivimos en un mundo en donde todo se está convirtiendo en "instantáneo y en descartable". Usted compra jeringas descartables, envases descarables, bolsas descartables, etc. Usted compra café instantáneo, televisores instantáneos, computadores más rápidos, automóviles más veloces etc. Y todo lo que le ofrecen en el comercio ahora es más rápido que antes, más práctico que antes, más cómodo que antes, y en algunos casos hasta más barato y fácil de conseguir que antes.

Eso no implica necesariamente que lo que le ofrecen sea de "mejor calidad" que lo que usted tardaba más en conseguir antes, que sea mejor que lo que a usted antes le salía más caro, o que fuera más escaso. El punto es que, nos han acostumbrado a obtener todo tan fácil, y lo han hecho todo tan accesible que lo material lo queremos traducir a lo espiritual y que nos salga igual. Nos explicamos, la costumbre de ir por allí consiguiendo todo tan fácil y tan accesible nos hace pensar que inmersos en nuestros afanes diarios, no tenemos tiempo para Dios, pero, que no hay problema pues ahora todo es más fácil y más rápido entonces conque nos hinquemos y clamemos ¡Ya está!. Creemos que el día de la pena y de la angustia solamente es de tronar los dedos y Dios responderá porque El es un Dios bueno y punto. No negamos la bondad de Dios, y reconocemos que Dios no es un Dios de fórmulas, pero también reconocemos que no es un mago de sombrero de copa para que en el momento oportuno saque el conejo de la suerte para aliviarnos.

Dios nos llama en diferentes momentos del día (no digamos de nuestra vida), y si nosotros lo hacemos esperar a El. ¿Cómo podemos pretender que el día que lo necesitemos El venga "corriendo" en nuestro auxilio? Hemos visto a muchas personas "postergar" ir a la presencia de Dios, se creen autosuficientes, se creen que las pueden solos, pero el día de la angustia se hincan, claman, llorarn patalean y esperan una respuesta "instantanea" de Dios, y al no obtenerla corren con los que sí buscan a Dios todos los días y dicen las palabras clásicas: "Por favor orá por mí, pues a tí Dios SI te escucha". Dios escucha a todos, lo que sucede es que EL tiene sus métodos para conquistar a cada uno, y todos hemos pasado esa etapa de indiferencia para con Dios, pero cuando la superamos entonces entendemos que lo espiritual puede ser tan "instantáneo" como lo material, porque nuestra fe ya creció, debido a nuestra relación personal, diraria y constante con EL (Salmo 40:1 y 5).

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