martes, 11 de mayo de 2010

La gratitud de los bienaventurados.

Los que somos y estamos en Dios, ni somos ni estamos con EL por mérito propio. Si leemos las escrituras con detenimiento, podremos observar que por Su misericorida hemos sido "escogidos"; que por Su misericordia hemos sido "llamados"; que por su misericordia hemos sido "redimidos"; que por su misericordia hubo lo que se llama una "predestinación" para nosotros (vea Romanos 8:28-31).

Dice el Salmo 65:4: "bienaventurado el que Tú ESCOGIERES y ATRAJERES a tí. Para que habite en tus atrios, pues seremos saciados del bien de tu casa". Como podemos ver David el salmista nos hace ver la "predestinación". Todos sabemos que cuando un hombre o una mujer están en el lecho de muerte o cercanos a ella, es cuando pronuncia palabras que vienen de lo profundo de su corazón. No creemos que haya para una persona una etapa de su vida en la cuál sean sus palabras tan certeras o tan sinceras. Pues bien, en los momentos de despedida de Jesús con sus discípulos, cuando estaba terminando la Santa Cena y estaba a punto de ir a la cruz, Jesús oró así: "Padre Santo, a los que me has DADO, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros" (Juan 17:11). Alguien puede pensar que se refería a los discípulos, pero hay dos evidencias que dicen lo contrario, la primera, después de la muerte de Jesús los discípulos serían dispersados por lo que no estarían juntos nunca más, y dos, más adelante Jesús ora así: "Mas no solamente te ruego por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabras de ellos" (Juan 17:20).

El libro de Romanos abunda en evidencias acerca de que la salvación de nuestras almas es por GRACIA y no por OBRAS (ejemplo capítulo 11:5-6). De que la salvación la alcanzamos únicamente porque El nos amó primero a nosotros, y luego, cuando le conocimos entonces le amamos nosotros a él. Porque hasta Moisés lo escribió: "Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca, así que NO DEPENDE del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia" (Romanos 9:15-16 y Exodo 33:19). Si estamos entonces con y en EL Señor, tengamos gratitud hacia EL, pues somos bienaventurados. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario