sábado, 22 de mayo de 2010

La muerte no es un tabú, es una realidad.

Para muchas personas hablar de la muerte les para los pelos, y hablarles de la muerte a los niños, es un tabú. Sin embargo, la gente se muere, lo entiendan o no lo entiendan niños o adultos, y luego, le están diciendo mentiras a los niños ¿Por qué? Por no prepararlos. Y los grandes, sufren depresiones, decepciones, largos lutos, etc. ¿Por qué? Por no prepararse.

Hace unos meses una hija, la esposa y "una persona X" soñaron la muerte de "X". Lo estaban tratando en secreto para analizar qué tan cierto podría llegar a ser, cuando la nieta escuchó y se puso triste. Vino "la persona X" y le dijo: ¡Qué alegre, beba, si es así me voy con Jesús y todas sus promesas que me hizo en la biblia se me van a cumplir! La reacción de la niña cambió, ahora ella habla de la muerte con "naturalidad", y en la escuela dominical le terminaron de enseñar que la muerte NO es el final de nada... sino más bien el principio de TODO. ¿No fue eso acaso lo que ofreció Jesús? EN LA CASA DE MI PADRE MUCHAS MORADAS HAY, SI ASÍ NO FUERA, ENTONCES YO OS LO DIRÍA, VOY PUES A PREPARAR LUGAR PARA VOSOTROS (Juan 14:2). Aquí, Jesús utilizó dos palabras difentes para CASA. Veamos, cuando dijo en la "casa" de mi padre utilizó "Oikía"... que quiere decir casa pero también "propiedad"; y cuando nos habló de "casas para nosotros" utilizó la palabra "Mome"... que significa casa pero también "mansión".

¿Qué nos estaba diciendo Jesús? ¡Que iba a la gran propiedad de su padre, a preparnos las mansiones que nos han ofrecido, y que si ésto no fuera cierto, El nos lo diría¡ Imagínese usted, que si cuando Jesús habló de la "gloria del más pequeño en el reino de los cielos, dijo: "es mayor que la de Juan el Bautista" cuya persona es de las más grandes aquí en la tierra. Cuando nos habla de las "mansiones celestiales que nos está preparando", simplemente OLVIDESE de las grandes mansiones de los Jeques, de los millonarios de aquí en la tierra... esas mansiones terrenales van a ser, algo así como las guardianías de nuestros empleados allá en los cielos. ¡Aleluya! de morirnos tenemos todos, pero el galardón no será el mismo, si aquí, no tomamos la decisión de seguirlo a EL (vea la historia del rico y de Lázaro en Lucas 16). Meditemos.

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