jueves, 3 de marzo de 2011

¿Por qué debemos cuidarnos del mal?

Bueno, cuando éramos niños se nos decía que si nos portávamos mal nos iríamos al infierno. Esa verdad no ha caducado, es decir sigue vigente. Pero, ahora que somos adultos hemos de entender mejor que, independientemente de ese fin el portarnos bien y guardarnos es para agradar a nuestro Dios, como el mínimo símbolo de gratitud que le podemos dar por todo lo que hace por nosotros.

El salmista y Rey de Israel, David, escribió otra razón para motivarnos a no caer en los pecados que cae el mundo: "Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara" (Salmo 13:4). Nosotros los que proclamamos el nombre de Jesús, y que luchamos por vivir de una manera distinta a como vive el mundo, estamos en la mira de ellos. Estamos continuamente sujetos a la crítica de quienes no se atreven, no quieren, o no les gusta vivir bajo el criterio de la abstención con tal de agradar a Dios. Por ello, en cuanto cometemos un error, o sea, en cuanto pecamos, lo primero que hacen es alegrarse y burlarse de nosotros, pues alegan que también los "aleluyas" pecan.

Ciertamente somos tan humanos y erráticos como el mundo, pero la diferencia está en que Dios nos ha prometido a los creyentes que, aún y cuando, caigamos, él está dispuesto a levantarnos para seguir adelante. Pero, lo ideal es alejarse de los lugares o de las personas que pudiéran hacernos caer, para evitar esa verguenza. Meditemos.

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