martes, 29 de marzo de 2011

El tiempo.

Cuando éramos niños hace cincuenta años nuestros bisabuelos, los abuelos, y nuestros padres nos decían a todos los hijos, nietos y bisnietos a manera de exhortación: "El tiempo perdido HASTA los santos lo lloran".

Esa ha sido una expresión que llegó, nos golpeó, y se quedó en nuestros corazones, de hecho, a Dios gracias podemos decir que de toda esa cantidad de hijos, nietos, bisnietos, y ahora ya, tataranietos que salimos de esa raíz, solamente podemos recordar uno que murió sin mayores frutos, lastimosamente consumido por el licor. Esos bisabuelos, esos abuelos, esos padres, creemos nosotros que, aún y a pesar de la pena de haber perdido a uno de los miembros, deben hoy, estar satisfechos en la otra vida, pues sus palabras lograron hasta el día de hoy un éxito del 99% gracias a Dios. La escritura nos habla muchas veces de "aprovechar el tiempo", pero acaso quien mejor expresó sus pensamientos fue Salomón.

Fue él quien en el libro de Eclesiastés nos enseña que el tiempo no solamente hay que aprovecharlo, sino que lo que se debe hacer en cada tiempo... hay que hacerlo en ese tiempo... después puede resultar catastrófico. En tiempo de amar, hay que amar; En tiempo de guerra, guerrear; en tiempo de trabajar, hay que trabajar, etc. Si confundimos los tiempos y las obras... fracasaremos. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario