lunes, 7 de marzo de 2011

Dice el necio en su corazón: No hay Dios.

El Salmo 53:1 nos enseña: "Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Por ello se corrompe y hace maldad". Toda persona que no quiere caminar con Dios, lo primero que toma como argumento es, simplemente, decir que no hay Dios. Y si no lo hay, entonces cómo o porqué ha de seguirle.

Dios es real, lo entendamos o no lo entandamos. Hay teorías científicas que dicen que todo lo que nos rodea, y que nosotros mismos, somos producto de un acto esporádico de casualidad y de evolución. Que un día no había nada, y de pronto, todo empezó a existir. Que el hombre era mono y que un día de pronto empezó a hablar y a razonar. El único problema con todas esas terorías es el siguiente: Todo en la vida, lo más difícil es que pase la primera vez, luego, la segunda y la tercera vienen de rodado. Entonces, ¿Por qué razón no ha vuelto a suceder lo de la generación espontánea, y la evolución de otro animal a hombre?.

"Los cielos cuentan de la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos" dijo el salmista en 19:1. La creación es obra de Dios, el hombre es obra de Dios. No somos producto de una casualidad aislada, somos OBRA de un ser superior que tiene un PLAN desde la eternidad y hasta la eternidad, y en ese plan, estamos incluídos por su misericordia. Meditemos.

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