miércoles, 23 de marzo de 2011

Como el ciervo brama.

En la historia del hombre hay amores que han impresionado a muchos, amores que son ejemplos de vida, de entrega, de abnegacion, etc. Si usted le pregunta a un adolescente acerca de ese amor, es precisamente el amor que sueña, que anhela, que busca.

Mas que ese tipo de amor es el que Dios desea tener con su gente. Un amor que sobrepase cualquier pena, cualquier angustia, cualquier posicion o cualquier posecion. Nos dice el Salmo 42 en sus versos uno y dos: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, asi clama por ti, oh Dios, el alma mia; mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo". Ese es el amor que Dios desea de su gente, de nosotros los que nos decimos creyentes o cristianos, un amor que sobre pase el valor de cualquier posicion o posecion en esta vida. Un amor al cual no le importe sacrificar nuestro tiempo, nuestros gustos, nuestras necesidades con tal de agradarlo a EL.

En otras palabras agradarlo a EL es llevar nuestra propia cruz, no dejarla tirada cuando nos pese mucho. No pasarsela a otro cuando estemos cansados. No renegar de ella cuando nos la entreguen. No tirar la toalla cuando nos toca una pena, una angustia, un dolor. Creer y saber que Dios sabe el por que nos la permitio a nosotros, y el galardon que eso significa. Meditemos.

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