jueves, 24 de marzo de 2011

No te impacientes ni tengas envidia.

Que duro es el prosperar del hombre recto y limpio, y que facil es el prosperar de los impios. Hay ocasiones en las que uno realmente se frustra, se decepciona, se lastima de ver que personas que no confian en Dios sino en sus propias ideas, van, y salen adelante mas pronto que los que confiamos en Dios.

Pero cuando leemos el libro de los libros, la Biblia. Entonces entendemos el por que. Dios asi lo ha permitido para que confiemos en el plenamente. El Salmo 37 lo escribio el Rey David y en los primeros dos versos nos aclara los pensamientos y alivia nuestros corazones, veamos: "No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad; porque como hierba seran pronto cortados, y como la hierba verde se secaran". Que diferencia vemos cuando nos habla de la vida y el fin del justo: "Seran como arbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja NO CAERA, y en todo lo que hace prosperara". Salmo 1:3).

No tengamos envidia ni nos impacientemos porque nuestros negocios no salen, pues media vez el Señor este en el asunto, pronto veremos el fruto y sus hojas no caeran. Meditemos.

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