domingo, 3 de julio de 2011

Sí pagó y la deuda está saldada.

En el negocio de bienes raíces que el Señor nos ha dado para administrar, los clientes nos tienen que depositar al final del mes su cuota en una cuenta de banco predeterminada, el número de esa cuenta queda específicamente escrito en un contrato que al momento de hacer el negocio se firma ante abogado y notario.

Hace unos días, uno de nuestros clientes cuando fue requerido porque su cuota correspondiente a ese mes, no había sido depositada, respondió: "La cuenta está saldada, porque nosotros sí hicimos el depósito". Al ir al banco y hacer la investigación, resultó que el cliente sí había pagado, pero depositó el dinero en la cuenta de una señora cuyo número de cuenta se parecía al de la nuestra... pero que no era la nuestra. En otras palabras, el cliente sí pagó pero no canceló. Por la sencilla razón de que en nuestro estado de cuenta NO apararece el pago, por lo tanto NO hay número de boleta qué operar. Ahora bien, en el sentido espiritual, Jesús ya pagó la deuda que nosotros teníamos con Dios por nuestros pecados. La pagó por el precio de su sangre y el depósito fue hecho al número de cuenta personal de cada uno de los que decimos y decidimos seguirle.

Allí no hay error, en el estado de cuenta espiritual de cada persona que hemos decidido seguir a Jesús... aparece el depósito, la fecha, el precio, y el número de boleta. La cuenta está saldada porque Jesús sí pagó nuestra deuda. En lo personal, damos gracias a Jesús, al Cristo, al Hijo de Dios hecho carne, que un día como hoy de hace 30 años... quizo pagar nuestra deuda y desde ese 3 de julio de 1981 sabemos que nuestro en saldo en la cuenta es cero. Amén y Meditemos.

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