sábado, 23 de julio de 2011

Con El o contra EL.

Constantemente escuchamos decir: "era una buena persona, por lo tanto se ha de ver ido al cielo". Con profunda pena y mucha lástima hemos de decir que no es por ser "buena persona" que se entra al reino de los cielos. Esto no implica, que entonces no valga la pena ser bueno.

Jesús dijo claramente quienes entran al reino de los cielos y quienes no. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). El requisito para entrar al reino de los cielos, no es ser una persona buena, ni venir de una buena familia. Es, CREER Y ACEPTAR al Hijo de Dios que fue enviado para ESE MOTIVO. El no hacerle daño a las personas nos hace personas inofensivas, pero no salvos; el ser una persona que serve, que consuela, que comparte con otras nos hace ser personas aceptadas y admiradas por una sociedad que cada día está más corrupta, indiferente, y hasta maligna, pero no nos hace unas personas dignas de entrar al reino de los cielos. Lo que sí hace, porque el libro de los Hechos lo muestra con el ejemplo del Centurión Cronelio, es abrirnos la puerta para conocer a Jesús.

Una persona buena, una persona noble, una persona humilde, está más dispuesta a ser puesta en manos de Dios que cualquier otra persona, eso sí es una realidad. Nuestra oración debe ser encaminada a que esa persona reciba ESA oportunidad, y tengamos la seguridad que la va a aprovechar. Con Jesús no hay medias tintas, o estamos con El o estamos contra EL. Meditemos.

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