martes, 30 de noviembre de 2010

Donde estuviere tu tesoro...

Jesús dijo: "En donde estuviere tu tesoro, allí estará TAMBIEN vuestro corazón" (Mateo 6:21). ¿Por qué hacemos sobresaltar la palabra TAMBIEN? Bueno, por el hecho de que vemos durante nuestra vida, que lo que para nosotros es lo más importante es lo que TAMBIEN ocupa nuestro mayor espacio de tiempo.

Hemos visto con profunda pena que muchas personas cuando uno les habla de Dios, se escusan para no escuchar y para no escudriñar en sus asuntos, pues ellos NO TIENEN TIEMPO. Ellos tienen mucho que hacer, de ellos depende la oficina, si ellos no trabajan no comen pues, la pregunta que cabe aquí es. ¿Y, quién de nosotros come sin trabajar? ¿Y quién de nosotros no tiene tareas que hacer en la vida? ¿Y quién de nosotros no necesita a Dios?. Ellos, son personas demasiado ocupadas para tener tiempo para Dios cuando el trabajo funciona, cuando el matrimonio funciona, cuando los hijos están sanos, cuando hay que tener distracciones o vacaciones. Pero, curiosamente, cuando el trabajo va mal, cuando hay escasez, cuando los hijos están en agonía, cuando ellos mismos se enferman, entonces por obra y magia de la vida... tienen todo el tiempo del mundo para Dios.

Eso, no es pecado. Pues nosotros mismos somos parte de esa camada de personas que han llegado a los pies de Cristo, por necesidad, no lo hemos ocultado nunca y lo seguiremos reconociendo públicamente. El pecado es, cuando DESPUES de haber tenido una respuesta positiva de Dios... volvemos a nuestra antigua forma de vivir. ¡CLAMA A MI, Y YO TE RESPONDERE! dijo Dios Padre en el Salmo 50:15, pero la segunda parte de ese mismo verso termina con ésta sentencia: PERO TU ME HONRARAS. Honrar a Dios no solamente es decir: Gracias Señor, sino implica seguirlo de allí en adelante. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario