viernes, 5 de noviembre de 2010

Porque Dios no es injusto.

Varias veces hemos escrito acerca de lo que se llama en la economía familiar cristiana "cerrar el círculo". Esto se refiere a encontrar, no UN equilibrio sino EL equilibrio en el manejo del dinero que Dios nos permite ganar. Nos explicamos nuevamente.

Si usted necesita dos mil dólares o quince mil quetzales para cubrir todas sus necesidades, el día que los consigue y usted está satisfecho sin buscar nuevos renglones de gastos, usted alcanzó cerrar el "círculo económico" que le da estabilidad. Pero, si usted después de pagar agua, luz, teléfono, gasolina, renta, comida, etc, empieza a pensar que con lo que le sobra se puede comprar un auto que no necesita, a cambiar de casa que no necesita, a comprar esto y lo otro que no necesita, de manera que su círculo económico crece... ya está mal. Dios no está en contra que mejoremos, no está en contra que estemos cada día mejor, pero, se agrada más con que pensemos en los hermanos necesitados, luego de cubrir nuestras necesidades. El no es deudor de nadie, y dice Su palabra que quien le da a los pobres a Dios le presta (Proverbios 19:17). Si compromete a Dios darle a los pobres, imagínese lo que significa darle a sus hijos.

El escritor de Hebreos lo pinta así: "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sierviéndoles aún" (Hebreos 6:10). Dar es amar, darle a las criaturas de Dios, es amar a Dios; pero, darle a los hijos de Dios es conquistar y comprometer el corazón de Dios. Meditemos.

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