lunes, 8 de noviembre de 2010

Y seré a ellos por Dios.

¿Ha visto usted la confianza, la seguridad, el poder que muestran las personas que rodean a un personaje importante? Se ha fijado cómo hinchan el pecho los que están al lado de un artista, como si ellos fueran los famosos? ¿Ha visto a los empleados mano derecha del jefe de una gran empresa, como parecen ellos ser los dueños de la empresa? ¿Ha visto usted a los guardias de seguridad del señor presidente, como actúan como si ellos fueran la máxima autoridad?

Dios hizo un pacto con su pueblo, el israel antiguo, en donde le ofrecía la tierra prometida en ésta vida y el cielo en la otra. Todo lo que el pueblo tenía que hacer era oír su voz y obedecerla, y fue exactamente lo que no hicieron. Por ello, Dios les dice: "Ahora pues, haré un nuevo pacto con la casa de Israel y de Judá, no como el viejo pacto en donde YO los tomé de la mano para sacarlos de Egipto y llevarlos a la tierra prometida. No, ahora pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré, y seré a ellos por Dios, y ellos serán mi pueblo" (Hebreos 8:8-10). Sí, ahora también nosotros, los gentiles, los que no somos judíos por nacimiento podemos llegar a ser judíos por adopción, si aceptamos oír y obedecer la voz de Dios, si aceptamos que EL ponga en nuestras mentes y en nuestros corazones sus leyes.

Cómo podremos andar de ahora en adelante con la cabeza baja y el corazón triste, cómo podemos ir derrotados por la vida, si somos más que aquellos que caminan a la par de artista famoso, cómo si somos más que aquellos que sirven al dueño de la empresa, cómo si somos más que aquellos que cuidan al señor presidente. SOMOS HIJOS DEL ALTISIMO, SOMOS HIJOS DE DIOS... Seremos a EL por hijos y EL será a nosotros por Dios Padre. Meditemos.

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