martes, 2 de noviembre de 2010

¿Para qué sirve un sacerdote, un líder, un pastor de Dios?

El libro de Hebreos nos lo dice de la siguiente manera: "Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo" (Hebreos 5:1).

Como vemos pues, el oficio del sacerdote no es tener un puesto de honor en todos los lugares a los que asiste y punto. Es una labor titánica. Un sacerdote, primero que todo tiene que ser "CONSTITUIDO" por Dios, no autoproclamado. Segundo, desde que se despierta por la mañana, todos los días, ha de presentarse delante de Dios para ofrecer ofrendas y sacrificios primero para sí mismo, como dar gracias por el nuevo día de vida, gracias por la salud, gracias por la provisión, por el privilegio de estar con Dios, etc. y, luego, presentar ofrendas y sacrificios por la familia, pues son las primeras ovejas a cuidar, y por último, por las demás personas de quien tenga conocimiento tienen alguna necesidad. Ser sacerdote, líder, pastor NUNCA debió de haberse tomado a la ligera, ni mucho menos como un medio de vida, pues eso, no agrada a Dios.

Por ello la misma escritura dice: "NADIE toma para sí ésta honra, sino el que es LLAMADO por Dios, como lo fue Aarón" (Hebreos 5:4)(y, entonces sí, el que es llamado para vivir PARA el evangelio, que viva DEL evangelio pero moderadamente). Cuando usted está delante de un verdadero sacerdote, líder o pastor, su espíritu lo sabe, lo siente, lo palpa. Pero, también, cuando usted está delante de un fraude también lo palpa. Meditemos.

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