lunes, 22 de noviembre de 2010

Que el hijo no traiga vergüenza al padre.

Qué penoso es que un hijo traiga vergüenza a los padres. Qué doloroso ha de ser para uno de padre el tener un hijo borracho, informal, adicto, problemático, etc. ¿Cómo aliviar la pena de alguien en esa condición? ¿Qué palabra de consuelo cabe en el corazón de un padre o una madre con ese tipo de dolor?

Cada circunstancia es diferente, y cada caso ha de tener una diferente solución, esas respuestas solamente se encuentran orando y clamando por cada persona, por cada situación. Pero, lo que la biblia sí nos dice y nos aconseja, es lo que pudiéramos llamar la "prevención" para evitar llegar a esos extremos: "Camina en su (entendamos que aquí "su" no es la propia sino se refiere a la de Dios) integridad el justo; SUS HIJOS son dichosos después de él" (Proverbios 20:7). Cuando un padre camina en la integridad de Dios, camina en la justicia de Dios, y eso, da a los hijos terrenales "un ejemplo de vida", no avergonzaremos a nuestros padres, ni nuestros hijos no nos avergonzarán a nosotros.

En otras y pocas palabras, honremos a Dios como hijos y Dios nos honrará a nosotros como padres. Démosle a Dios la prioridad en nuestras vidas, y él nos dará a nosotros prioridad sobre nuestros hijos. Demos ejemplo a nuestros hijos, comuniquémonos con nuestros hijos, seamos amigos de nuestros hijos... y la probabilidad de que nos traigan vergüenza se reducirá al mínimo. Seamos amigos de nuestro Dios y Padre y él nos bendecirá y honrará. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario