domingo, 7 de noviembre de 2010

En los lomos del padre.

Cuando usted tiene un padre que gira cheques sin fondos el sinverguenza es él, pero la verguenza es suya. Cuando usted tiene un padre que es famoso por sus buenas acciones el que recibe los honores es él, pero usted se siente orgulloso. Es una reacción natural el tener los esos sentimientos.

Dios, aún y cuando, dejó claro que el que peca es el que será castigado, también toma en cuenta el principio anterior. Para Dios las buenas acciones que un padre terrenal hace le acarrean bendiciones a sus hijos. Y, por lógica, las malas acciones de los padres les acarrean oprobio a los hijos. Vea usted cómo lo dejó claro Dios en el libro de Hebreos cuando nos dice lo siguiente respecto a la familia de Abraham: "Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los losmos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro" (Hebreos 7:9-10). Nos explicamos, éste pasaje se refiere a cuando Abraham regresó en Génesis, de ganar la batalla a los cinco reyes de la llanura y haber rescatado a Lot su sobrino, y luego, haberle dado los diezmos de lo rescatado a Melquisedec. En esos días no había nacido aún Isaac (Génesis 14) y mucho menos Leví, quien sería tomado con toda su tribu como sacerdote de Dios. Sin embargo Dios toma la ofrenda de Abraham como si fuera de Leví mismo.

¿Qué implica esto? Que las acciones justas de los santos bendicen a su generación, aún a los no nacidos; y que las acciones de los malos averguenzas a su generación, aún a los no nacidos. Esto, naturalmente no tiene nada que ver con la salvación, pero sí tiene que ver con las cadenas de bendición o de maldición con que nuestras generaciones tendrán que batallar en su caminata ¿Por qué? Porque todos hemos estado en los lomos de nuestros padres. Meditemos.

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