sábado, 20 de noviembre de 2010

Los pecados del justo.

Tenemos en la mente que todos aquellos que siguen los pasos de Jesucristo y que predican en su nombre... no pueden fallar. Que son casi perfectos, ellos no pueden hacer lo que hace todo el mundo. A ellos no les perdonamos que digan una sola mala palabra; que digan una sola mentira; que tengan un arranque de ira; que forniquen; o que hagan peores acciones.

No podemos, bajo ningún punto de vista, fomentar o solapar a quienes lo hacen. Pero, también hemos de decir que aún los que se meten con el Señor todos los días, todas las semanas, y todos los meses del año... tienen defectos, tienen fallas, tienen debilidades, y aún y cuando no lo vemos, sus luchas internas son tremendas y devastadoras. Siempre ha sido así, vea usted a Lot, un hombre al cual la escritura lo menciona como "el justo Lot" (2da. pedro 2:7), y sin embargo las atracciones de la vida pecaminosa de Sodoma y Gomorra, lo pararon atrapando, al extremo que sus hijas tomaron malicia y cuando pensaron que no había solución para sus vidas, embriagaron al padre y se acostaron con él para poder procrear hijos. Mire la vida de David, el único hombre del cual la escritura dice que "tenía el corazón como el Dios", y fornicó, adulteró, conspiró, mintió, y aún asesinó.

Como dijimos arriba, NO PODEMOS NI JUSTIFICAR NI SOLAPAR PECADOS de un líder, pero tampoco podemos señalarlos cuando fallan, siempre y cuando veamos una lucha sincera y honesta de su parte. Muy diferente es aquél que amparado en las santas escrituras y en el nombre de Dios, se deleita en su pecado, engaña, miente, se aprovecha, y aún vive de la Palabra de Dios. Eso, como decía Sherlock... es otra historia mi querido Adams. Meditemos.

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