miércoles, 7 de julio de 2010

Pan de lágrimas.

Es un hecho el que ninguno queremos sufrir. Todos buscamos la forma de alejarnos del sufrimiento, media vez esté en nuestras manos el hacerlo. Y, cuando viene, nuestra eterna lucha es acortarlo lo más que se pueda, en el caso que así sea.

Solamente hay dos motivos por los cuales el sufrimiento viene a nuestra vida, estamos hablando por supuesto del sufrimiento en personas creyentes, y éstos son: Uno, para ser "probados", para tener la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean "de qué material estamos hechos como creyentes". Y, la segunda, es como un "castigo" o una consecuencia de una desobediencia, en cuyo caso lo que hacemos es pagar las facturas de lo que hemos hecho. Para explicarnos mejor veamos unos ejemplos. Con respecto al sufrimiento para ser probados no hay mejor ejemplo que el del Job, veamos lo que satanás dijo acerca de probarlo: "Pero, extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra tí en tu misma presencia" (Job 1:11). Y Job fue probado y luego aprobado por Dios.

Y, con respecto a sufrir por culpa de una desobediencia veamos lo que le pasó al pueblo de Dios por no seguir a su Dios. Por irse en pos de otros dioses, se alejó de su Dios, y Asaf se lamenta en el Salmo 80:5 así: "Les diste a comer pad de lágrimas, y a beber lágrimas en gran abundancia". Es duro sufrir, y Dios derrama la gracia cuando el sufrimiento viene, pero, NO ES LO MISMO sufrir porque somos "probados" que porque somos "corregidos". Meditemos.

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