martes, 27 de julio de 2010

Moisés, Aarón y Samuel.

Muchos entre los creyentes nos preguntamos continuamente: Señor, ¿Por qué no respondes mis oraciones como lo hacías con los antiguos? ¿Por qué siento como que no me escuchas, que estás lejos?. Veamos algunas respuestas en la escritura.

El Salmo 99 en su verso 6 nos dice: "Moisés y Aaraón entre sus sacerdotes, y Samuel entre los que invocaron su nombre, invocaban a Jehová, y él les respondía". ¿Por qué?. Veamos. Moisés, era y vivía como el hombre "más manso" sobre la faz de la tierra (Números 12:3), por lo que se sometía a todos los designios de Dios; Aarón, era y vivía como "un Sumo Sacerdote" (Exodo 26:21 y 27:1-2), por lo que ministraba a Dios continuamente y vivía una vida de santidad. Y, por último, Samuel, "escuchaba" la voz de Dios continuamente (1era. Samuel 3:11), y siempre estaba dispuesto a obedecerla con temor.

Quizás esas son las "cualidades" que no tenemos y por las cuales Dios no nos responde. Pero, lo importante es que hagamos nuestra lucha diaria para tratar de alcanzarlas, así, cumplamos nuestro anhelo que, entre paréntesis, también es el anhelo de Dios, tener respuestas y estar agradados. Ciertamente Dios NO es un viejito bueno y cansado que todo lo deja pasar, pero tampoco es un tirano que está pendiente de ver quien peca para destruirlo. Meditemos.

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