sábado, 3 de julio de 2010

La frustración y el dolor de no recibir.

Si usted platica con las personas que no tienen el regalo del cielo de tener una relación íntima y personal con Dios, y les pregunta cuál es el vacío más grande que tienen en la vida, usted podrá ver que en cualquiera de los casos todo se resume a que no recibieron lo que esperaban. Un empleado expulsado de una empresa, no recibió el dinero que creyó iba a recibir; un hijo no recibió del padre lo que éste le ofreció; una esposa o esposa están frustrados de ver al actitud del compañero-a; un socio está frustrado de ver la actuación de su otro socio.

Frustración, tras frustración, decepsión, tras decepsión tras decepsión es lo que muchos han sufrido... de los hombres. Pero, si usted está "en" y "con" el Señor entonces su situación cambia. Puede ser que por un tiempo usted se sienta como se sienten los del mundo, pero luego, muy luego, el Señor es quien le consuela, quien le anima, quien le acompaña. En el Salmo 68, el Rey David nos dice: "Padre de huérfanos, y defensor de viudas... es Dios en su santa morada; Dios hace habitar en familia a los desamparados, saca a los cautivos a prosperidad" (versos 5-6). Si usted está "en" y "con" el Señor, no importa que cuando lo despidan del trabajo no le den todo lo que le corresponde, Dios hará que lo que recibe le abunde; no importa si su padre no estuvo con usted cuando usted lo necesitó, Dios es el que le ha acompañado y le acompañará; no importa si usted da, y da, y da, y no recibe lo que considera mínimo de su esposo-a, Dios se encargará de retribuirle lo que le corresponde... y más.

No tiremos la toalla, busquemos al Señor, El es Dios de dioses; El es Padre de padres; El es todo lo que un hombre o una mujer pueden necesitar. El llena todos los requisitos en todos los renglones de nuestra vida... El es confiable. El no es hombre para nos mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta (Números 23:19). El no es un padre que dé o provea con escasez. Meditemos.

1 comentario:

  1. Al leer tu articulo solo pienso que muchos se casan con la idea errònea de "recibir" (amor, paciencia, estabilidad, etc.) sin embargo, aquel que decide casarse debe estar claro de lo que ofrecerà a su pareja cada dia porque casarse con la idea de "recibir" conduce a ver poco a poco lo que el cònyugue "no tiene". De tal forma la satisfacciòn personal es lograr que nuestra pareja sea feliz pues esa es la naturaleza de Cristo, dar. Bendiciones

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