viernes, 16 de julio de 2010

Grande es su misericordia.

Muchos de nosotros los creyentes estamos acostumbrados a escuchar la frase: "Grande es o grandes son las misericordias de nuestro Dios". Y, sin embargo, pensamos, pero entonces ¿Por qué hay tantas personas enfermas, necesitadas, solas, lastimadas, etc?

Hemos confundido las misericordias de Dios, o mejor dicho, la falta de misericordia de Dios con las consecuencias de nuestras acciones, nos explicamos. No es falta de misericordia de Dios, que por la imprudencia de ir a excesiva velocidad tengamos un accidente y pasemos tres meses enyesados de una pierna. Eso es una consecuencia de nuestra falta de imprudencia. No es falta de misericordia del Señor el que estemos en un problema judicial, porque no supimos manejar una chequera y giramos más de la cuenta. Esa es una consecuencia de nuestra responsabilidad.

Ahora bien, el salmista nos dice lo que sí es misericordia de Dios: "No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades; ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados" (Salmo 103:10). ¡Eso sí que es misericordia! El hecho de que Dios no nos cobre el total de la factura con muerte irremisible, sino con un leve castigo o sufrimiento por el hecho de ser pecadores. Allí sí que vemos la misericordia de Nuestro Dios, el que no nos destruya por culpa del pecado sino que nos de el derecho al perdón, eso es misericordia. Meditemos.

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