viernes, 21 de enero de 2011

A testimonio dado... no hay quite.

Hay un refrán popular que dice: "A golpe dado... no hay quite", hoy quisimos tomarlo para ilustrar una situación que se nos da en los caminos del Señor.

Dice Pablo que nuestras vidas son como "libros abiertos" para las personas que nos rodean, en un libro abierto uno puede leer sus líneas y saber o conocer de qué se trata el libro, en ocasiones, el título es el que nos habla pero generalmente tenemos qué leer algo de ese libro para conocer su contenido. Eso somos nosotros para las personas que nos miran lo que hacemos, cómo lo hacemos, y para qué lo hacemos. Dos acompañantes de Jesús, hermanos entre sí, fueron llamados por el mismo Señor "Boanerges" que significa "hijos del trueno", la pregunta es: ¿Por qué cree usted que Jesús mismo les puso así? (vea usted Marcos 3:17). Simplemente porque eran volados de carácter, eran de mecha corta, con poco y nada reventaban el par de hermanitos. ¿Sabe usted quienes fueron los dos hermanitos que querían que Jesús les diera permiso para que oraran y descendiera fuego del cielo para destruir a Jesrusalén? Pues claro, Juanito y Jacobito, los boanerges (vea Lucas 9:51-54).

Todo lo que hacemos, todo lo que decimos, cómo, por qué, para qué, en dónde, etc. etc. DICE QUIENES SOMOS. Y, si nos decimos CRISTIANOS porque somos seguidores de CRISTO, eso es lo que la gente del mundo cree que ES y que debe de HACER un cristiano. Y, si no ven diferencia entre lo que ellos hacen y lo que nosotros hacemos, entonces ¿Para qué se van a convertir en seguidores de Cristo? Meditemos.

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