viernes, 7 de enero de 2011

Herencia y confianza.

Han habido personas que hace cien o ciento cincuenta años, iniciaron empresas con mucho esfuerzo, dichas empresas son hoy en día grandes corporaciones internacionales dirigidas por descendientes de dichas personas. Pero, ¿Quiénes son esos descendientes?

Si usted hace un análisis de los directivos de hoy, se dará cuenta que son personas preparadas, disciplinadas, ordenadas, honestas, y con el mismo espíritu que tenían los antepasados que iniciaron la corporación. En las escrituras se nos da una parábola o semejanza de lo que es el Reino de los Cielos aquí en la tierra. Dice que es semejante a un hombre que tenía una finca, y que teniéndose que ir lejos se las dejó encargada a unos hombres, pero éstos, lejos de cuidarla para el dueño la cuidaron para sí. Eso no le gustó al dueño y cuando vió dicha actitud mandó a su Hijo para recuperarla, pero éstos mataron a su Hijo (Lucas 20). Cristo, cuando fue enviado a la tierra dijo: "El Reino de los Cielos se ha acercado, pero los religiosos malvados no lo dejaron gobernar, sino lo mataron. Entonces lo dejó encomendado a sus escogidos". ¿Quiénes son esos escogidos? Pues en un principio sus discípulos, hoy, todos aquellos que hemos sido llamados a conocerle y a seguirle.

El Reino de los Cielos está sobre ésta tierra desde que el Cristo fue asesinado por los religiosos. Todo aquél que le conoce, es un nuevo descendiente de él, y está llamado a dirigir la gran empresa que es de Su Padre. Tenemos que prepararnos, ser disciplinados, ser ordenados, ser honestos, y buscar el mismo espíritu que él tuvo cuando la fundó, y entonces seremos dignos sucesores de esa Corporación Celestial, lo que NO implica, necesariamente, que tengamos una mega-iglesia, o, un gran ministerio. Meditemos.

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