sábado, 15 de enero de 2011

No puede ser mi discípulo.

En el libro de Lucas en el capítulo 14 y verso 27 leemos las siguientes palabras de Jesús: "Y el que no lleva su CRUZ y viene en pos de mí, NO PUEDE SER MI DISCÍPULO".

Desde ésta ventana hemos predicado siempre que el cristiano sufre, a veces hemos sido mal interpretados pues muchos han pensado que la vida del creyente entonces "tiene que ser un suplicio para poder agradar a Dios". NO ES ASI. Lo que hemos tratado de explicar es el hecho de que tanto el creyente como el no creyente padecen escacez, padecen desempleo, padecen enfermedades, padecen penas, padecen persecusiones, tienen temores, y hasta los alcanza la muerte. Pero, que el hecho de tener como aliado a Jesús en nuestro corazón, hace una diferencia a la hora de tener que llevar esas cargas. Y, además, nos acredita como discípulos de él.

Llevar la cruz lo dijo Jesús como una analogía, no es literal. Pero implica hacernos responsables por toda angustia que llegue a nosotros. No tirar la toalla como decimos popularmente, sino enfrentar la situación mala que está frente a nosotos sabiendo que Jesús nos hará salir adelante sin ser avergonzados ni pasar las penas que pasaríamos si no lo tuviéramos a él. Meditemos.

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