miércoles, 26 de enero de 2011

Tan perfecto que parecía el Hijo de Dios.

Cuando Juan el Bautista vio la luz del mundo después de haberse preparado escondido, muchas de las gentes de Jerusalén pensaron que él era el verdadero Mesías esperado por siglos. ¿Por qué?.

Porque su testimonio era tan perfecto, que parecía el Hijo de Dios anunciado y esperado por su pueblo. Dice de él, Juan el Apóstol en su libro: "No era él la luz, sino para diese testimonio de la luz vino" (Capítulo 1:8). Y más adelante escribe que cuando le preguntaban si él era el que había de venir y al que esperaban: "Confesó y no negó, sino confesó: YO NO SOY EL CRISTO (verso 20). Qué clase de testimonio de vida tan impresionante tuvo que haber dado Juan el Bautista, para que mucha gente creyera que él era el Cristo.

La pregunta para nosotros sería ¿Será que algún día llegaremos a vivir de tal forma que las gentes que nos rodean se den cuenta que hay un Cristo siquiera? ¿Estamos viviendo una vida diferente a la que viven las gentes del mundo para anhelen tener a Jesús como su guía, como su redentor, como amigo? Meditemos.

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