miércoles, 12 de enero de 2011

El que no es con nosotros, es contra nosotros.

En cierta ocasión se le acercaron los discíplos a Jesús para indicarle que habían personas que no caminaban con ellos, pero que estaban haciendo lo mismo que ellos. La respuesta de Jesús fue clara y contundente: No se lo impidáis.

Muchas personas que ven la relación con Cristo como una religión, piensan que Dios tiene patrones y normas de las cuales no se sale nunca, y que por lo tanto nosotros tenemos que ser iguales. Cuando pensamos así, lo único a lo que llegamos es al "fatal legalismo" que dicho sea de paso, ha matado a más de una persona en el camino cristiano. Ciertamente Dios tiene normas, reglas, patrones establecidos, pero, también es soberano, cualidad y virtud que le permiten, si le place, dar un paso en donde nosotros creemos que no se puede ni se debe dar. Vea usted el caso más claro que la escritura nos puede mostrar, en tiempos de David el Rey de Israel, era totalmente prohibido que alguien que no fuera el sacerdote entrara al Lugar Santísimo y comiera los panes de la proposición. Y sin embargo, David lo hizo junto cons sus guerreros y no murió.

Es más, Jesús lo puso de ejemplo de la soberanía y misericordia de Dios a sus oyentes en Mateo 12:1-4. La soberanía de Dios está por encima de cualquier norma o regla que nosotros podamos encontrar, y, si él nos dice o nos ordena que hagamos algo, aún cuando pareciera estar fuera de lugar para quien nos mira u oye, hagámoslo. Pues si no estamos con él, estaremos en contra de él. Meditemos.

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