lunes, 24 de enero de 2011

Mejor es no prometer...

Es muy dado del ser humano vivir alejado de Dios, vivir medio en comunicación con Dios, o, simplemente, no tomarlo en cuenta... ¡HASTA QUE!

Conocemos a una persona que hace muchos años vivía en esas condiciones, fumaba, bebía y tocaba a toda mujer ajena que se lo permitía... HASTA QUE. La muerte vino a pedir permiso para llevarse a su hijo recién nacido, entonces hizo un pacto con Dios, él se compometía a dejar todos los vicios y seguir a Jesús, pero Jesús le dejaba a su hijo. Hemos sido testigos de que ese pacto no se ha roto hasta el día de hoy. Y, hoy, el hijo también sigue a Jesús. Hemos presenciado el caso contrario, personas que han hecho grandes promesas a Dios pero en cuanto reciben lo pedido, se olvidan de Dios. De más está contar aquí los resultados catastróficos que hemos visto. Dios conoce el corazón humano, puesto que él es el fabricante. En el libro de Deuteronomio 23:21, dice: "Cuando haces voto a Jehová tu Dios NO TARDES en pagarlo, porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de tí, y sería pecado en tí, mas si te abstienes de prometer no pecas".

Es un delito muy grave delante de Dios el prometer y no cumplir. Si no pensamos cumplirle a Dios una promesa mejor no ofrecerla, no sea que lo provoquemos a ira. Y cuando Dios se enoja, entonces nos vuelve a llamar pero ya no con delicadeza sino con gran dolor. Meditemos.

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