domingo, 9 de enero de 2011

Los estorbos siempre son quitados por Dios.

¡Mi amor, llamaron de la policía que el nene chocó, está ebrio y herido, y que el auto es pérdida total¡ ¡Gordo, la nena está esperando! Luego de éstas noticias y del susto o la cólera correspondiente, inician las discusiones: Es tu culpa por darle permiso... Yo te dije que ese muchacho no me gustaba... Si me hubiéras hecho caso, etc. ¿De quién es la culpa?

La culpa la tiene el o la que no se atrevieron a buscar a Dios en su momento para que les dijera cómo educar al nene o a la nena. El nene no hubiera andado borracho si alguien en la iglesia dominical le hubiera enseñado que los hijos de Dios no beben. La nena no hubiera resultado esperando antes de tiempo, si alguien en la iglesia dominical le hubiera enseñado que una hija de Dios se entrega solamente en el matrimonio. El problema en éstos casos, es que el que no "ora" a tiempo... "clama" fuera de tiempo. Porque en esos momentos sí que se acercan a Dios muchas personas, pero ya es relativamente tarde. No es que un auto sea irremplazable, no es que un nieto sin padre sea una maldición. El punto es que, dentro de unos años o antes, alguien estará "meditando mucho" que todo ésto se pudo EVITAR si no hubiera habido un estorbo.

Los estorbos siempre son quitados por Dios, quitó a la mujer de Lot; quitó a la mujer de Job; quitó al esposo de Abigaíl; quitó la religiosidad de Pablo; quitó a Judas... y nos quitará a nosotros si nosotros somos el estorbo de nuestros hijos. Meditemos.

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