lunes, 25 de octubre de 2010

Según el propósito Suyo.

Cuando usted tiene un encuentro personal con Cristo, y, decide caminar con él y que él camine con usted por el resto de su vida, no solo simplemente usted deja su antigua forma de vida, sino que entra a una en la cual ya no es usted quien decide qué quiere, a dónde va, para qué va, y por qué va.

El Señor le inspiró a Pablo a escribir lo siguiente: (Dios) Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, NO conforme a nuestras obras, SINO SEGUN EL PROPOSITO SUYO y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos" (2da. Timoteo 1:9). Primero, no somos salvos por nuestro propio mérito, somos salvos porque estábamos, por decisión personal de Dios, dentro de sus planes desde ANTES de todos los tiempos. Segundo, hacemos buenas obras PORQUE somos salvos, no PARA salvarnos. Tercero, en el momento en que entramos a ser parte del pueblo de Dios, no es solamente para dejar de ser parte de éste mundo sino porque tenemos una misión, un propósito, una tarea que hacer. Cuarto, esa tarea no la conocemos, ni mucho menos la realizamos al día siguiente por obra y magia del Espíritu Santo, en ocasiones nos lleva años conocerla, y quizás realizarla solamente unos momentos.

Vea usted el caso de Simeón, el anciano que espera la "consolación" de Israel dice Lucas, espero décadas para hacer su misión. María, a pesar de ser la madre de Jesús, el hombre (no del Cristo, el Hijo de Dios), no podía entrar al templo y presentar al niño, esa solamente era misión de los hombres, y Dios, había predestinado a Simeón para esa misión. Años, décadas esperando por parte de Simeón solamente para presentar al niño, y luego sus ojos podían ver la muerte nos dice el verso 26 de Lucas 2. Meditemos.

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