jueves, 14 de octubre de 2010

Nada hagáis por vanagloria.

Pablo les escribe a los creyentes de Filipo, diciéndoles que actúen como es correcto y debido, según las normas establecidas para los creyentes, pero, les advierte: "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo" (Filipenses 2:3).

Les dice pues, en palabras simples, no sólo actúen como corresponde a creyentes sino también hagan buenas obras, pero cuando las hagan no las hagan por parecer mejores o superiores a otros, no las hagan por competencia, y mucho menos las hagan pensando en propósitos ocultos y propios, siempre que hagan una buena obra háganla pensando en el bien de los demás. ¡Qué difícil es ver esto hoy en día entre nosotros! Ciertamente el sistema económico que nos rodea es asfixiante, la economía nos está ahorcando a muchos, pero, si nuestra confianza está en Dios tenemos que estar seguros que EL no nos dejará que el diluvio nos consuma, sino que EL nos pondrá en su arca como lo hizo con Noé. El no dejará que el fuego del castigo sobre ciudades como Sodoma y Gomorra nos quemen, EL enviará ángeles a que nos lleven cargados de brazos, si fuera necesario, como lo hizo con Lot.

No nos dejemos llevar por ésta ola de ideas de "sobrevivir a cualquier costo, aún encontra de actuar contra las leyes de Dios y de los hombres", esperemos en EL y El hará, pues es una de sus promesas. Lo que nos corresponde es buscarlo todos los días y EL nos protegerá. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario