viernes, 22 de octubre de 2010

¿Por qué fue castigado Israel?

Cuando uno lee o estudia el Antiguo Testamento, hay momentos en los que no se puede explicar el por qué, el grado de castigo y de deshonra que Dios le diera al que EL mismo denominara SU pueblo.

Pero, cuando se adentra uno en esos libros tan preciosos de los profetas mayores, alcanza a ver que fue porque primero, el pueblo de Dios deshonró a su Dios a un grado superlativo, y que por tanto, la corrección no podía venir tan sólo con palabras. Mire usted lo que nos dice el profeta Jeremías en Lamentaciones: "Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por el hambre; porque éstos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra; las manos de las mujeres PIADOSAS cocieron (verbo "bashal" que significa: Cocer, cocinar, rostizar, hervir) a sus hijos; sus propios hijos les sirvieron de COMIDA en el día del quebrantamiento de la hija de mi pueblo; NUNCA los reyes de la tierra, ni todos los que habitan en el mundo, creyeron que el enemigo y el adversario entrara por las puertas de Jerusalén" (Lamenaciones 4:9-12).

Y ¿Por qué sucedió tal castigo?, en el siguiente verso está la respuesta: "Es por CAUSA de los pecados de sus PROFETAS, y las maldades de sus SACERDOTES. Quienes derramaron en medio de ella la sangre de los justos" (verso 13). Cuando los líderes de una congregación que sigue a Dios, NO HACEN LO QUE DIOS QUIERE SINO LO QUE ELLOS DISPONEN, el castigo viene y viene duro, implacable, inexorable, aniquilador. Usted y nosotros, todos los que somos casados también somos profetas y sacerdotes, hagámos lo que Dios dice y no lo que nosotros disponemos, para no lamentarnos como lo tuvo que hacer el pueblo de Israel antiguo. Meditemos.

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