lunes, 28 de junio de 2010

No temáis manada pequeña.

Uno: perseveraban en la doctrina de los apóstoles; dos, en la comunión (común unión, no eucaristía); tres: en el partimiento del pan (ésta es la mejor prueba de lo anterior); y cuatro: en las oraciones. Estas eran las cuatro actividades de lo que conocemos como la "Iglesia Primitiva", o sea, la iglesia inmediata a la partida del Señor al cielo. ¿Es eso, la iglesia actual? Respuesta: ¡NO!.

Hoy, la iglesia (fácil un 80 u 90%) se ha convertido en "un medio de vida" para muchos, con razón el profeta dijo: "El pueblo que saliere con mil, regresará con cien; y el pueblo que saliere con cien, regresará con diez" (acaso profetizaba de la pureza y de la entrega de la iglesia). Hoy, estamos muy pero muy lejos de lo que Jesucristo dejó instituido como "la casa de mi padre", aquella que los religiosos habían convertido en cueva de ladrones, y que hoy estamos convirtiendo en lo mismo. ¿Cuál ha sido el problema? Que olvidamos las palabras de Jesús, o quizás, las leemos y las escuchamos pero no le ponemos atención. "No temáis manada pequeña" (Lucas 12:38). ¿A qué se refería Jesús con esas palabras? Bueno, todo aquél que reconoce que Jesús es su salvador pasa a ser una "oveja" de él, toda oveja pasa a ser parte de su "rebaño o manada", y EL, por quien todo fue hecho y para quien todos fuimos hechos, nos dice: QUE LAS MANADAS DEBEN DE SER PEQUEÑAS, entonces ¿Qué motivos ocultos, nos llevan a pretender la congregación más grande de la zona, de la ciudad, de la nación, o del continente?

Antes de pronunciar éstas palabras Jesús, les acababa de explicar a sus discípulos que: "No tengáis miedo de qué habéis de comer o de vestir, porque mi Padre que está en los cielos, velo por ello" (ver los versos 26-29), y cierra diciendo: "Eso, que vosotros procuráis, es lo que procuran LAS GENTES DEL MUNDO". La pregunta es ¿Confiamos en nuestro Dios, o, somos como las gentes del mundo? Meditemos.

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