jueves, 10 de junio de 2010

¿Hasta cuándo Jehová, me olvidarás?

Hubo un tiempo en la vida de David en que sus enemigos y sus penas se multiplicaron tanto, que exclamó: ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? (Salmo 13:1). No son pocas las ocasiones en las cuales nosotros pensamos lo mismo. ¿Por qué nos sucede eso? ¿Por qué hay épocas de nuestras vidas en las cuales sentimos que Dios simplemente no nos escucha, no nos responde, como que vuelve sus ojos y oídos para otro lado?

David mismo nos responde tres salmos más tarde, Salmo 16 y verso 4: "Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven DILIGENTES a otro dios". Nuestro Dios es grande, nuestro Dios es poderoso, nuestro Dios es misericordioso, pero se nos olvida que el mismo dijo. "Porque YO soy tu Dios, grande, fuerte pero CELOSO (Exodo 20:5). Ahora bien, no necesariamente significa que tenemos imágenes que no agradan a Dios para ponerlo celoso, con sólo los afanes de éste mundo ya es suficiente. Si para nosotros está primero el trabajo, el dinero, los quehaceres, las reuniones sociales, los compromisos, etc. que Dios... ya es suficiente para probocarle a celos. Jesús lo sabía, por ello en la última de las oraciones que hizo, no solamente por los discípulos sino también por todos aquellos que habíamos de creer en EL por la palabra de ellos, dijo: "Padre, están en éste mundo pero no son de éste mundo, te ruego que los cuides" (Juan 17.15).

Pablo dijo: "El que no quiere trabar, está bien; pero entonces que tampoco coma" (2da Tesalononicenses 3:10). Así de simple, si queremos andar por el mundo poniendo la mano para pedir, excelente. Pero debemos saber que esa actitud no es la de los hijos de Dios; si queremos ir por el mundo medio pasándola, está bien; pero hemos de saber que con esa actitud no llevaremos a nadie al reino de los cielos. Que hay que trabajar, hay que trabajar; pero, que ese afán nos aparte de Dios. Salomón dijo: "Todo tiene su tiempo debajo del sol, tiempo de trabajar y tiempo de descansar" (Eclesiastés 3:2). ¡Cómo pretendemos que Dios no se olvide de nosotros, si nosotros nos olvidamos de EL! Meditemos.
Meditemos.

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