jueves, 17 de junio de 2010

El Salmo 37.

Hacía mucho tiempo que no poníamos nuestros ojos en el Salmo 37, cuando uno estudia la biblia, generalmente, estudia por temas. En el caso de nosotros, apasionados como somos de la escatología (Ciencia bíblica que estudia los acontecimientos del fin), generalmente nos mantenemos escrudriñando los escritos de Pedro, de Juan, los secretos que Pablo nos diera luego de haber ido al tercer cielo, y, por supuesto, lo que dijera el mismo Jesús acerca del tema.

Pues bien, en éstos días hemos estado estudiando los Salmos, y encontramos en el Salmo 37 el ejemplo tan perfecto de lo que Dios es, para nosotros, como Padre. Inicia dándonos el consejo de que NO pongamos nuestros ojos en el bienestar de los impíos... pues esa será toda la recompensa que tengan, no solamente en ésta vida y en la otra, sino que aparte luego nadie tendrá de ellos memoria (verso 1-2). Nos insta a confiar solamente en EL y a que no nos cansemos de hacer el bien (verso 3). Quiere que nos deleitemos solamente en EL, y así serán concedidos todos los deseos de nuestro corazón (verso 4). Nos muestra que no debemos alterarnos con motivo de que los impíos prosperen, que eso no nos lleve a la ira ni al enojo, pues debemos de saber que los malignos serán al final destruidos, pero los que esperan en EL, serán al final herederos de la tierra (versos 8-9). Y termina consolándonos diciendo: "De aquí a poco, NO existirá más el malo" (verso 10).

Si un amanecer, una flor, un atardecer, la caida del sol sobre el mar, las verdes praderas nos parecen preciosas hoy, que la maldad no sólo nos rodea sino gobierna el mundo, ya se puso usted a pensar ¿Cómo va a ser todo eso, el día que ya no haya malos ni maldad gobernando las naciones ni la cotidianidad en nuestras vidas? ¿Se imagina usted viviendo en un mundo en donde todos colaboremos, en donde todos vivamos en paz, en donde no le falta nada a nadie, en donde todos ayudemos en todo sin ningún interés económico, de poder, o motivo oscuro? Eso, ni más ni menos que eso, es el "nuevo mundo y la nueva vida" que Dios nos promete a SUS HIJOS en Apocalipsis 21 y 22. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario