lunes, 21 de junio de 2010

Como el ciervo brama.

Como dice la famosa canción de niños los pollitos dicen pío, pío; el perro ladra; la vaquita muje; el caballo relincha; y los ciervos braman. Narran los estudiosos de la fauna silvestre, que en las praderas y las montañas en donde conviven los ciervos hay épocas del año en que el agua no abunda. Nos cuentan que los ciervos tienen diferentes bramidos, uno para cuando tienen hambre, otro más para cuando están en celo, o época de apareamiento, pero tienen uno específico para cuando buscan agua, ese, es un bramido tan profundo y diferente que difiere en mucho a los otros dos.

Nos cuentan los hijos de Coré (que escribieron varios salmos como por ejemplo del 42 al 49; y otros más como el 84,85,87 y 88) como "Masquil", o sea, como "instrucción" (que es lo que significa esa palabra en hebreo), lo que experimentaron en carne propia, cuando vivieron tiempos de angustia. Y nos lo cuentan, para que sepamos qué hacer nosotros cuando nos toquen tiempos iguales. Dice el salmo 42:1-2: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas (recordemos, un bramido muy profundo y difente a otros bramidos que tenemos); así clama por tí, oh Dios, el alma mía (en tiempos de angustia, nuestra única salvación es buscar a Dios, no al jefe, no a la amiga o al amigo, no al padre o la madre, no al hermano... sino a Dios). Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo (sólo hay un Dios vivo, y ese, no está crucificado en la cruz, pues la cruz está vacía... ese Dios vivo nos cubre en espíritu y en verdad como le dijo Jesús a la Samaritana en Juan 4:23).

La prueba de que es el consejo para los tiempos de angustia viene en el siguiente verso: "Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días (los incrédulos, los duros de corazón) ¿En dónde está tu Dios?. Pregunta que hacemos nosotros ¿Por qué los incrédulos no miran a Dios? Porque nuestro Dios es espíritu y verdad, no está materializado en ninguna escultura ni imagen que teniendo ojos no mira; que teniendo oídos no oye; que teniendo manos no toca; que teniendo pies no camina; que teniendo boca no habla, porque no tiene corazón" (vea Salmo 115:4-8, que termina diciendo en el verso 9: "semejantes a ellos (imágenes insensibles) son los que confían en ellos". Que nuestra alma y corazón bramen por el Dios de los cielos, el Dios vivo. Meditemos.

2 comentarios:

  1. hola es una bendición estar aquí bendiciones
    mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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  2. Ese salmo es una tremenda bendición sobre todo los versículos 1 y 2.
    David dice como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
    Ahora cuando leí que el bramido del ciervo por el agua es diferente, entendí, que así como el bramido del ciervo aparate de ser profundo y prolongado, es distinto porque necesita agua; el clamor de David tambien era prolongado y profundo pero era distinto porque no era por algo material, ni era por un milagro, ni por deseos pasajeros, era porque el quería a Dios quería su presencia, quería su compañía con el.
    Así debe ser nuestro anhelo profundo, prolongado, únicamente porque ese anhelo es por Dios.
    Lo que dice David en ese salmo es muy profundo, es verdaderamente hermoso y lleno de mucha sabiduría.

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