sábado, 20 de agosto de 2011

Sí, es difícil pero se puede lograr.

La educación del hombre en sí como género, ha sido mucho más dura y exigente que con la mujer. Al hombre se le exige que no llore, que debe luchar no importando las circunstancias, que él es el responsable, que él es la parte fuerte no importando en dónde o cómo se encuentre.

Esta forma de educación nos ha sido buena en muchos sentidos, pero nos ha sido muy dañina en lo que a lo espiritual se refiere, nos explicamos. Para el hombre, es más difícil que para la mujer decirle a un Cristo, representado por otro hombre, Jesús: "Señor, te amo". Sentimos como que estamos dejando nuestra hombría, como que estamos cayendo en un pecado al amar a otro hombre. Pero si tan sólo supieramos comprender que el amor espiritual NADA tiene que ver con el amor carnal, lo diríamos con más facilidad. Miremos la escena entre Cristo y Pedro, Cristo le pregunta: Pedro ¿Me amas?. Y Pedro dice sí... en tres ocasiones. No era una escena de amor carnal, era una escena de amor espiritual. Hacía un rato que Pedro había caminado por las aguas delante de su Señor, y había sido rescatado de ellas pues al dudar se estaba hundiendo. Pedro, acababa de ver un milagro.

¿No es acaso cuando sentimos que nos estamos hundiendo que al fín perdemos ese machismo, y le decimos al Señor: "Señor, te amo". Y El, amoroso extiende sus manos para sacarnos del hundimiento? Nada hay de vergonzoso en decir: "Señor, te amo". Es difícil sí, pero se puede lograr. Cristo dijo: "Todo aquél que no se averguence de mí, YO no me avergonzaré de él, cuando venga en gloria" (Lucas 9:26). Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario