jueves, 18 de agosto de 2011

Dios para diario, o Dios de conveniencia.

Todos tenemos un Dios, unos los tienen material y otros los tenemos espiritual. No tener un Dios es malo, pero tenerlo y que sea el equivocado también es malo. Dios sabía, como creador del hombre que es, que el ser humano trae ese chip espiritual que lo hace buscar a algo o alguien superior para que le de seguridad.

Ahora bien, si ese algo o ese alguien es material será algo muy efímero para quien lo busque. Pero también si el Dios espiritual que buscamos no es de todos los días sino sólo es un Dios de conveniencia, también nos hace daño. Dios está siempre dispuesto para con el hombre, por ello nos dejó tan preciosa enseñanaza con la parábola del Hijo Pródigo, que más bien según nuestra opinión debiéra de ser llamada la parábola del Padre Amoroso. Jesús les dijo a los religiosos de su época: "Hipócritas, bien dijo de vosotros Isaías, éste pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí (Marcos 6:7). No podemos tener los mismos resultados de un Dios a quienes buscamos por conveniencia, que de un Dios con el cual nos relacionamos todos los días. El corazón de ese Dios por grande que sea también es justo, y a quienes le buscan cada día los trata diferente.

Siempre lo hemos creído y predicado, cuando el reino de Dios se establesca en los cielos, no podemos esperar ver en el mismo lugar espiritual al ladrón de la cruz y a los apóstoles. Simplemente Jesús se convertirá en un mentiroso y nos estaría dando la idea de que no vale la pena el esfuerzo espiritual, siendo que todos recibirán el mismo galardón. Eso no puede ser, pues el corazón de Dios no ha demostrado ser así. La misma vida de su Hijo nos lo demuestra, Jesús no está de gratis al lado del trono de Dios Padre, es un puesto que se ganó. Meditemos.

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