martes, 16 de agosto de 2011

¿Necesidad o necedad?

Todos tendemos a confundir lo que es una necesidad con una necedad. Cuando eso sucede los resultados que atraigamos a nosotros pueden ser catastróficos, dolorosos, y siempre son indeseables.

Veamos un par de ejemplos bíblicos para que entendamos. Saúl, por su temor al pueblo filisteo consulta a Dios qué pasará con ellos, pero como Dios no le responde entonces busca los servicios de una adivina, una de esas muchas a las cuales él mismo había sacado del territorio para buscar la bendición de Dios. Esa acción, no era una necesidad sino más bien una necedad, el resultado: Saúl perdió el reino por desobedecer a Dios (la hitoria completa la puede leer en 1a. Samuel 28 y la puede comprobar en 1a. Cronicas 10:13). Otro ejemplo claro lo tenemos en David, éste toma a Betsabé no teniendo necesidad de tomarla sino como una necedad, el resultado: David perdió al hijo que ésta estaba esperando de él (la historia completa la puede leer en 2a. de Samuel capítulos 11 y 12).

Entendamos, cuando no consultamos con Dios qué es lo que él desea para nosotros o consultamos con él pero no esperamos su respuesta, vamos a confundir siempre qué es necesidad y qué es necedad. Y por supuesto, los resultados que obtengamos serán dolorosos y nada deseables como los casos que analizamos hoy. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario