miércoles, 10 de agosto de 2011

A cada uno conforme a su capacidad.

Nosotros como padres conocemos casi exactamente de lo que son capaces nuestros hijos, sabemos quién está dispuesto, quien quiere hacer algo, quien no puede hacer ese algo, etc. En lo espiritual nos sucede lo mismo, si alguien nos conoce es Dios, pues fue El quien nos hizo, y nadie mejor que EL para saber de qué somos capaces.

Es por ello que fue EL quien le dio a cada uno un trabajo, un trabajo que solamente nosotros podemos realizar. Un ejemplo muy claro de ese tipo lo vemos en la parábola de los talentos, Dios sabía perfectamente que a quien le dio 5 talentos, tenía la capacidad de multiplicarlos otra vez; sabía que a quien le dio 2 talentos, solamente tenía la capacidad de hacer otros 2; pero sabía perfectamente también que a quien le encomendó solamente 1, no era diligente, era temeroso, no tenía visión, no tenía ideas ni iniciativa, por eso lo enterró. Ahora bien, el punto aquí es que Dios nos dice: "A cada uno repartió conforme a su capacidad" (Mateo 25:15).

Si alguien conoce y sabe nuestras capacidades, esa persona es Dios. Por ello, cuando nos suceden situaciones en la vida que ni nosotros mismos comprendemos, no nos asustemos, El las permitió porque "El conoce nuestras capacidades", y sabe perfectamente hasta dónde podemos soportar. Quizás hoy nos parece demasiado lo que estamos viviendo, pero El sabe para lo que nos va a servir y cómo nos sacará de allí, porque antes que nada... El es nuestro Padre. Meditemos.

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