sábado, 18 de septiembre de 2010

Y, el que no lo confiese qué.

Está tratando de introudcirse una doctrina muy peligrosa dentro de las filas del cristianismo, como toda mentira es tan sutil que está atrayendo a muchas personas a sus filas, aún, a aquellas que habiéndo estudiado por muchos años debieran estar fuertes en los caminos del Señor.

Se trata de la doctrina del "universalismo", su base es el "grande y eterno amor de Dios" motivo por el cual El sería incapaz de condenar a nadie al fuego eterno, pues contradeciría sus principios de amor, bondad, buena voluntad hacia sus criaturas, etc. El punto medular de su prédica es el hecho de que no solamente hay una "oportunidad o chance" de salvación, sino que es como un circuito de oportunidades hasta que la persona "entienda por convicción propia" que Dios es bueno y lo quiere salvar a usted "a toda costa". La escritura en todos sus libros tiene un sólo hilo de predicación, y el mensaje que nos da es claro, conciso y directo: "En Abraham serán benditas todas las naciones... pero todas las naciones que vivan por la "fe" en la simiente que le fue ofrecida a Abraham", y muchos conocemos que esa simiente se llama "Jesús". El libro de Romanos es muy claro al decir: "Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo" (Romanos 10:9).

La pregunta es: "¿Y, entonces, qué sucede con el que no creyere y no confesare?. Utilicemos la lógica por un momento, si usted me dice que una persona es de color, es por lógica, una persona que no es blanca; si usted me dice que esa persona es mujer, por lógica, esa persona no es hombre; si usted me dice que esa mujer es grande, por lógica, no es pequeña... Si usted me dice que esa persona no ha creído y no ha confesado a Jesús como su salvador, por lógica, no es salva, con todo y que Dios es amor, es misericordioso, y todos los atributos que usted quiera darle. Meditemos.

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