lunes, 13 de septiembre de 2010

Os ruego pues hermanos...

Pablo, cuando escribió el libro de Romanos, tubo a bien escribir muchos consejos para todos aquellos exiliados judíos en Roma, consejos que hoy en día son o debieran de ser una guía para nosotros los creyentes.

En el capítulo 12 y versos 1 y 2 nos dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presenteis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional". ¿Qué nos está diciendo Pablo? Simplemente, que el mejor síntoma de "agradecimiento" que le podemos dar a Dios por todo lo que ha hecho por y para nosotros, es, mantener nuestros cuerpos limpios de pecado (sacrificio vivo), pues recordemos que en la antiguedad todo cordero que se sacrificaba a Dios tenía que ser limpio sin defecto; apartados (santos o santificados) de los placeres de la carne; y por lo tanto, agradables a Dios. Ahora bien, ¿cómo se podía y se puede lograr esto?

Pablo mismo nos lo dice en el verso 2: "No os conforméis a éste siglo". La palabra que pablo utilizó para "conorméis" fue " suschematizo" cuyos tres significados principales son: "moldear, adaptar, diseñar a sí mismos". ¿Qué nos estaba aconsejando Pablo entonces? Que una de las formas que tenemos para agradar a Dios es NO moldear nuestras vidas; NO adaptar nuestra forma de vida; NO diseñarnos a nosotros mismos bajo el sistema de éste mundo, sino solamente vivir en él, sabiendo que somos pasajeros o peregrinos que vamos a nuestra verdadera ciudad... la celestial. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario