lunes, 6 de septiembre de 2010

Antes y después de Cristo.

Todos los que creemos en Dios estamos en una caminata por alcanzar la santidad, eso nos indica que no somos perfectos, y por lo cual caemos en faltas y cometemos grandes errores, de lo cual estamos plenamente conscientes. Los que no creen en Dios es el argumento que utilizan para atacarnos y para desmerecer la obra que Dios está haciendo en nosotros. Es más, hay quienes toman éste argumento para negar la existencia de Dios.

La promesa de Dios es que cuando le seguimos, EL nos dará las armas para que poco a poco (sus palabras fueron: "Mas la senda (camino o caminata) del justo, es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto" (Proverbios 4:18). Como vemos, la promesa de Dios no fue que un día seríamos imperfectos y que al día siguiente serían perfectos. La promesa es que los tratos personales que EL tenga con cada uno, son los que nos llevarán a reflexionar e ir dejando nuestras faltas en el camino. Por ello, es que lo que sí debe de haber en nuestras vidas es una clara señal de que éramos uno antes de conocer a Cristo, y somos otro (o estamos luchando por llegar a serlo) después de conocer a Cristo.

De la misma forma que los historiadores señalan la historia como "antes de Cristo" y "después de Cristo", así cualquier persona que nos mire, que nos oiga, que nos trate, debe de reconocer que en nosotros hay también un "antes" y un "después" de Cristo. Por no haber visto esa diferencia en muchos creyentes, y especialmente en algunos líderes cuyos interes ocultos son perversos, es que muchas personas se apartan, se alejan, o no quieren saber nada de Cristo. Que no seamos de esas personas. Meditemos.

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