viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Qué es lo que Dios no puede darnos?

Cuando usted analiza la vida del hijo de un acaudalado señor, usted mira que a esa persona antes de nacer, ya le tenían un dormitorio arreglado con lo mejor posible en bienes; nació, en uno de los mejores hospitales; de niño, tuvo la mejor nodriza; estudió, en uno de los mejores colegios; de grande, le es elegida la mejor de las universidades; y el día de su casamiento, como decimos, tiran la casa por la ventana.

Y, eso, que la escritura dice (palabras de Jesús): "¿Qué hombre hay entre vosotros, que si su hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O, si le pide un pez, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, no dará lo bueno a los que le pidan? (Mateo 7:9-11). Ciertamente, Dios no está en los cielos como un Padre que concede todos los caprichos a un hijo, pero lo que sí nos asegura la escritura es que no nos dejará sin cubrir una necesidad. Lo hemos dicho en otras ocasiones, si necesitamos un empleo, quizás no nos de la gerencia del Banco Nacional pero nos dará uno; si necesitamos un vehículo, quizás no nos de uno blindado, pero nos dará uno; si necesitamos comer, quizás no comamos todos los días en un hotel cinco estrellas, pero nos proporcionará comida.

De la misma manera que un niño pequeño llega con humildad a decirle a su padre: Papi, hoy la maestra me dijo que mañana tengo que llevar un mapa, unos crayones, unas hojas de pintura, etc. y el padre lejos de enojarse, sale a ver en dónde consigue lo que el niño necesita, con esa misma "actitud" debemos pedirle nosotros a Dios. Dios no es un mago al que podemos obligar a que saque del sombrero lo que necesitamos, pero si se lo pedimos con una buena actitud y lo que pedimos realmente es necesario, lo más seguro es que nos lo conceda, y de no ser así, tengamos la seguridad que EL tiene algo mejor para nosotros. Meditemos.

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